A mediados de la semana pasada, tuve el placer de visitar a
Anna36 en su departamento de Recoleta.
Habíamos estado conversando por el chat en varias oportunidades y últimamente, también por el msm.
Como resultado, se fue generando una excelente comunicación entre los dos, muy pasional por momentos, que inevitablemente debía llevarnos a un encuentro íntimo.
El martes la encontré nuevamente en el msm y acordamos que la visitaría después de medianoche.
Mientras estaba en camino, recordaba lo que habíamos conversado acerca de nuestros mutuos deseos y fantasías, y me preguntaba si todo lo que dijimos, se transformaría en realidad.
El departamento es muy amplio, y está muy bien arreglado.
Inmediatamente después de entrar, recibí el ya habitual saludo de Anna cuando nos encontramos en el chat, diciéndome: "Cómo estás, my lord ?"
, y las consiguientes sonrisas de ambos.
Acto seguido, comenzó a besarme intensamente.
A partir de alli, Anna no dejó de deleitarme con todo tipo de caricias y besos con gran apasionamiento.
Evidentemente, todo lo que había podido suponer con respecto a la forma en que Anna se entregaría para disfrutar juntos de nuestra cita, fue poco, en comparación con la realidad.
Es incansable, y cuanto más siente la excitación que provoca en su amante de turno, tanto mayor es la suya propia.
Anna no tiene límites para liberar su pasión, y cuánto más recibe, más necesita para sentirse plenamente satisfecha.
Las experiencias relatadas anteriormente por otros foristas que han estado con Anna, expresan exactamente lo que yo he vivido con ella.
Finalmente, debo destacar que en ningún momento hizo mención al tiempo pactado para mi visita, al contrario, estuvimos conversando de diversos temas por un largo rato, mucho más allá del tiempo estipulado, disfrutando de un café que gentilmente me ofreció, como si hubiéramos sido amantes de toda la vida.
Anna36, gracias por tu entrega y por el momento de inmenso placer que me hiciste sentir.
KingArthur