¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a vea
[XP] Una llama doble
01-Dec-2006, 19:10
Creo que en la vida no es gran cosa lo que se elige. Ni el momento de nacer, ni el nombre que llevamos, ni el color de ojos, ni aquellos que más tarde nos herirán por haberlos amado.
De allí que muchos (de hecho la mayoría) de los actos que nos tiene por protagonistas a lo largo de nuestra vida tampoco son elegidos, y simplemente nos dejamos llevar por un desconocido que nos habita sin percatarnos de su presencia.
Caminando por Av. Córdoba, y mientras la ansiedad presionaba en la frente y agitaba el corazón, me dirigí a su lugar siguiendo la misma ruta de aquellos peregrinos , que como yo, llaman a su puerta arrastrando esa misma sed, la sed del otro, que demanda la presencia de un cuerpo erotizado, con la promesa que ella se ocupe amorosamente de calmarla durante un breve descanso de la marcha, para luego retornar al camino.
Subí, me atiende con una sonrisa amable, y comienza un paréntesis en cuyo interior la intensidad hace que el tiempo pase a no tener duración, a distenderse sin medida.
El encuentro comienza con la visión de su cuerpo deseado, una presencia que por un instante representa todas las formas del mundo.
Sin embargo, apenas la abracé dejo de ser una forma y paso a ser materia concreta, palpable, que cabía en mis brazos, pero que no obstante, era ilimitada.
Despojado de todo obstáculo real o simbólico, mi cuerpo buscó el suyo sobrellevado por un impulso cuyo fin no quería ser otro que el de alcanzar el punto de su apogeo, de su triunfo, pero que es a su vez el de su perdida. Como un intento desesperado por volver a la naturaleza reconciliada con el alma, a la inocencia de las bestias, a poder hincar el diente en una ración de paraíso.
Allí me perdí como persona, y me recobré como sensaciones. A medida que la sensación se hacía más intensa, ese cuerpo que abrazaba era más inmenso, hasta que una sensación de infinitud desvaneció mi cuerpo en ese cuerpo.
Un instante después y el cuerpo se recupera, vuelve a ser cuerpo y reaparece la presencia, la forma.
Mágicamente, el erotismo dio paso a la ternura. Y se encontraron no ya dos cuerpos, sino dos seres marcados por la dicha y las desdichas del vivir.
Erotismo y ternura, la llama doble de la vida, como los llamó Octavio Paz.
El tiempo sin tiempo se termina, no podemos sustraernos a su dominio.
La vida me reclamaba de nuevo. Parto.
Mientras retornaba por Av. Córdoba, el aire cálido y pesado de esa tarde se me hacía más ligero.
Estamos hechos de tiempo, extinguible, y todos le debemos una vida a la muerte.
Afortunadamente los Dioses nos permitieron robarle a esa muerte algunos instantes de eternidad.
Hoy acababa de atesorar uno.
Hoy... estuve con Eleonora.
Saludos
Vea