¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a Zurobamica
[XP] Escort Nerea - Morón bairesgirls
13-Jul-2021, 15:31
Hola. Qué tal chic@s?, Todo bien?.
Vengo por aquí a dejar una experiencia que tuve con un bombón en morón, una morena flaca, con mirada tímida pero con ganas de aprender y “comerse el mundo” respecto a su rubro.
No voy a venir a contar mi historia como si fuera un experto en el tema, pues, está fue mi primera vez en el mundo de las chicas escort.
Un dia cualquiera aburrido de mi existencia y con las hormonas descontroladas, me dispuse a buscar en línea, algo que estuviera ligado o relacionado al placer y la satisfacción de saciar las ansias que por mi mente pasaba en ese instante. Fue una búsqueda minuciosa por diferentes páginas, pues, hay ciertas características que me gustan buscar en el sexo opuesto, después de unos minutos exhaustivos llegue a Nerea, una chica que cuando entre a su perfil de inmediato supe que con ella iba a iniciar en este secreto, pero placentero mundo.
La reserva, fue muy breve y precisa, simplemente me dispuse a escribir, pero, desde ese momento, sentí como empezaba la seducción y tentativa en su cordialidad ( aunque no se si era con Nerea con quien hablaba ). Desde el comienzo me enredé en sus marañas, aunque la conversación fuera al grano, donde te dicen la locación, que debes llevar y el horario al que se está disponible para ir.
Por lo tanto reservo y con ansias me voy a la ducha, y empiezan los pensamientos de miedo, placer, felicidad, incredulidad que mientras caía el agua sentía como se mezclaban dentro de mi cabeza formando una molotov que lo único que me provocaba era terminar rápido para acicalarme y quedar esplendido para después revolcarme como un animal cualquiera en tiempo de celo. ( que pensamiento más banal)
Después de salir del primer baño, paso al segundo, el que despierta ese sentido telereceptivo, ese par 0 que según científicos está ligado al sexo.
Me visto y procedo a pedir mi transporte para llegar a tan anhelado sitio, donde, después de recorrer todo mi trayecto y llegar al sitio, me comunico vía textual con la chica para que me de paso libre.
Al subir las escaleras del edifico y girar por uno de sus pasillos, golpeo y una chica rubia abre mi puerta y me saluda mientras veo con ojos de temeroso el sitio. Lo primero que llega a mi nariz es un olor a incienso, como de un sitio de estos de yoga se “respira paz”, todo eso en cuanto la chica me agarra de la mano como un cachorro regañado y me pide entrar seguido de un beso en la mejilla y me dice.
- Espera, ya viene more amor.
Le dije
- Ok
Y asimilé que era un depto amoblado y organizado para tener a más de un cliente ( cosa que no me gusto tanto, ya que no me sentía a gusto al querer expresar toda mi privacidad), sin embargo todo eso cambio cuando del fondo oscuro y mezclado con matices ambarinos ( que no sabía si era de velas o focos de luz porque no me fije ) salió una morena, de minifalda, descalza, de altura, cara y cuerpo destacable que me saludo y me propuso seguir el rumbo junto a ella hasta su cubículo.
Recuerdo que entrando a él me recibió de una manera tímida y un poco sosa, pero, que para mi en ese momento fue perfecto, pues mi actitud y pensamiento no era diferente, por lo que creí sentir una conexión debido a la inexperiencia mutua en este tipo de situaciones, lo siguiente que me dijo fue.
- ponte cómodo, dame lo del servicio y ya vengo.
A lo qué le respondí.
- claro no hay problema.
Saque el dinero envuelto como habano de mi bolsillo y se lo entregue, me quite la ropa y sentí ese frío del invierno argentino, con una chispa de calor que irradiaba una placa de calor que estaba al costado de la cama.
Me desvestí y quede sentado y semidesnudo, solo habían pasado segundos y ya me sentía desolado, en un sitio desconocido y con sonidos de un/os extraño/s al lado mío.
Pero todo cambio cuando, entraron ese par de piernas, que me hicieron levantar la vista y verla mientras cierra la puerta y se recuesta al lado mío.
En ese momento en mi cabeza empiezo a escuchar un galope de caballos, pero no hablo de un par, hablo de miles de caballos que hacían que mi pecho se fuera a explotar, pero, al reconocer que era solo mental tome la rienda, y me dispuse a tomarla de la cara con suavidad y traerla hacia mi costado de cama, la miro a los ojos y empiezo a besarla, al comienzo fue un poco frío, sentí un poco de timidez por parte de mi acompañante hasta que procedo a besarle el cuello y pasar por su oreja. Desde ese punto las cosas cambiaron, los besos fueron más apasionados y fuertes, sus dedos largos y delgados me tomaban de la espalda con más presión y su piel de gallina me incitaba a entrar en su cuerpo. Nos despojamos de los trapos y me aseguro el amigo antes de penetrar, desde ese momento todo es poesía, un vaivén de sensaciones, lapsos de presión, fuerza, lujuria y después de pasividad, delicadeza y sutileza (todo por aguantar debido a la maldición del hombre al no ser multiorgasmico).
Llegamos a tal punto de inflexión que ella me pedía más sin parar, me miraba a los ojos como si fuéramos amantes de toda la vida y hubiéramos compartido muy entrañables momentos, el terror se convirtió en furor, parecíamos un maremoto, nuestros cuerpos y juventud mezclados provocaron estruendos en ese lugar que los diferentes acompañantes intentaron seguirnos el paso, pero fue en vano, mi corazón joven y radiante en ese momento bombeaba diésel que hacía que mi cuerpo fuera un cohete digno de trabajar en la NASA, fue hasta ese momento cuando vi como ese radiador de calor se transformaba delante de mi en un infierno, el invierno pasó a verano y el sudor caía de mi cara y de mi cuerpo como los torrentes del Niágara, probamos diferentes poses, pero todas con el mismo lema “ hacer disfrutar a ella” / “su placer es mi placer”.
Fueron muchas las posiciones y el esmero de mi acompañante por pasar un momento grato juntos, parecíamos 2 animales hambrientos, robando por comida, no quería que estuviera afuera de ella ni un segundo, y si lo hacía era para pasar su lengua y sus labios por mi miembro, y aunque sólo fueron 2 veces, en la última fueron tanto las ganas de disfrutar conmigo que arranco de manera despreciable ese plástico que no la dejaba saborear mi miembro, y lo tomó con una avaricia, egoísmo y rudeza que desconocí a la chica simple que me recibió con mirada tímida y perdida en mi ingreso.
En ese momento yo solo era espectador de la forma en la que succionaba y babeaba como si quisiera arrancarme el glande en una cámara de vacío, yo solo sentía placer, y en ningún momento eso me perturbó, solo me di cuenta que en realidad la satisfacción era mutua…
Aunque la juventud me provee de un galope extenso y duradero, desgraciadamente somos humanos movidos por hormonas, las mías ya estaban en punto de ebullición, y tal era el éxtasis que me dispuse a acabar de manera gloriosa.
Dejamos de hacerlo en la que en ese momento hacíamos, la llamada comúnmente “4” y pasamos a la del comienzo (que en este caso sería el recomienzo) pero no menos importante “misionero”, todo con el propósito de llenar mi orgullo y satisfacer mi capricho de ver cómo su rostro expresaba placer y su garganta gemía por las sensaciones corporales y esa nube sexual del ambiente.
Después de la mudanza, inmediatamente me dispuse a acabar lo que mi estómago y aparato me pedían, gozar de la manera más animálica pero humana posible.
En ese punto ( y no miento ), tal era la conexión que sentíamos que ella me dice al oído.
- Quiero que te vengas lo más dentro y profundo que puedas!!.
Cuando ella pronunció esas palabras activó un chip dentro de mi, que ocasionó que las revoluciones subieran a más de xxxx/m ( recordemos que soy diésel), fue un pase libre a un infante en un parque de diversiones, fue la caída de Little Boy en Hiroshima, pues cuando está explotó, llene tanto de esperma el “globo” que si seguía se iba a derramar como un vaso colmado, terminando con sonidos es nuestros oídos de respiraciones cercanas ajitadas y risas de cómplices de alguna maldad.
Nos quedamos acostados y matamos los 5 minutos que nos quedaban hablando un poco de nosotros hasta que la voz de una chica rechinó como un timbre a la hora del recreo y me vestí, me despidió en la puerta de beso y guiño y salí rejuvenecido a continuar mi vida.
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