Día largo en la oficina, y las compañeritas de trabajo están más lindas que nunca. Como donde no se trabaja no se come y el padrón de civiles está en crisis entré a ver las novedades.
Me llamó mucho la atención el aviso de Dara, en un barrio no muy lejano a mi casa. Así que escribí y me respondieron al toque con la promesa de besos, mimos, masajes y sexo por la módica suma de 50 dólares o su equivalente en pesos. Arreglo rápido y encaro la vuelta por la autopista repleta de autos.
El...