¿El mensaje rompe las reglas?
Reporta a tomas j
[XP] Alexia en el recuerdo
04-Nov-2009, 13:32
Estimados compagatos: esta es mi primera experiencia en el foro, aunque estoy suscripto al mismo desde hace años. Es, además, el relato de un encuentro disfrutado hace un mes. Lamentablemente para mí, mis visitas a Buenos Aires son menos que esporádicas, por lo que nada nuevo puedo aportarles; lo segundo se debe a que mi cuenta ha estado bloqueada largo tiempo, por un problema con mi e-mail (Vaya mi gratitud al Biker por indicarme cómo solucionar el problema).
Aunque el encuentro sea ya un tanto lejano, fue tan gratificante que aún se conserva fresco en mi memoria. Mi “partenaire” y quien me animó a que, en lo sucesivo, participe en el foro fue ALEXIA:
[Solo miembros ven links]
Gift: xxx/hora.
Ubicación: Microcentro
Descripción física: los datos que figuran en su página son correctos, pero las fotos (lo siento Daniela) no le hacen justicia. Su cara es preciosa; los ojos aún más y qué añadir sobre su cuerpo y su piel que no se haya dicho ya.
¿Besa?: Sí; y se qué manera.
Pete: Sin; no sé si hasta el final, porque preferí acabar fundido con ella.
Garching: ¡EXCELENTE!
Completo: No; para mí es algo prescindible.
Implicación: Máxima
Reincidencia: ahora mismo si pudiera; pero un océano nos separa.
Había arreglado la cita cruzando MPs con Alexia a través del Foro, antes de iniciar mi periplo argentino. Pero, en estricto cumplimiento de las leyes de Murphy, si un vuelo que puede ir mal llega retarde, con lo que todo quedó reducido a un intento frustrado.
El día siguiente también lo tenía libre en Buenos Aires y había quedado con otra linda mina de La Plata, pero trate de confirmarlo con ella llamándola repetidas veces desde un locutorio (si, si, no me insistan; soy un …… por ignorar que muchas chicas tienen sus celulares bloqueados para llamados desde locutorios; de los errores se aprende). Lo bueno de ese error fue que intenté concertar otra vez un encuentro con Alexia, y a la segunda fue la vencida. Con la confirmación de nuestro inminente encuentro la expresión de mi semblante debió de cambiar radicalmente, ya que hasta el recepcionista del hotel me preguntó: “¿Ha recibido usted buenas noticias? Se le ve más contento que esta mañana”. Pensé en largarle un “aminomepasanada”, pero como me lo dijo con buena onda le respondí con un si. Lo cierto es que al verme reflejado en el espejo del ascensor del hotel comprendí que mi cara me estaba delatando: La llevaba de gilipollas, como si el mundo fuera perfecto.
El encuentro lo arreglamos en mi hotel, para la noche, con tiempo para salir a cenar y disfrutar de su compañía varias horas. Nos encontramos en el lobby del hotel y he de confesar que mi primera impresión fue un tanto decepcionante, ya que estaba de espaldas y abrigada con un cubretodo gris (recuerden que el pasado octubre hizo bastante frío) que no eran presagio de lo mejor. Pero todo cambió al ver su cara sonriente, presentarnos y darnos el primer beso de la noche. Del hotel salimos a cenar, pero supongo que esta parte de la historia no será del interés general, así que omitiré los detalles. Solo un comentario: la cena nos permitió ir conociéndonos, lo que facilitó el encuentro posterior.
Cuando regresamos al hotel, el recepcionista me sonrió e hizo un gesto de aprobación, dándome a entender que comprendía las buenas noticias que habían cambiado mi humor. Ya en la habitación, admiré su cuerpo mientras mis manos lo recorrían al ir desprendiéndonos de todo lo superfluo. Será que me pudieron sus ojos, su sonrisa, su piel o la armonía de su cuerpo. No sé qué parte en concreto, pero el conjunto me sedujo. Una dulzura natural, no estudiada, una sensualidad felina difícil de camuflar. Una sonrisa que parece decir: ¿A ver si salís vivo de ésta?
El tiempo dedicado a la contemplación duró poco, porque me tiró a la cama, y de ahí en más tuve que resignarme a "sufrir" sus atenciones. Aunque no me conocía, parecía saber lo que me gusta y cómo dármelo; todo lo hizo perfecto. Me empezó a comer a Tomy suavemente, alternando formas diversas de hacerlo. Mientras tanto, yo le acariciaba ese culito tan apetitoso, esa piel y esas lolas preciosas. Me encantaron sus miradas mientras hacía desaparecer a Tomy dentro de su boca. En esas estábamos cuando le propuse cambiar a un 69, con el que comenzó a retorcerse; con sus movimientos se me escapaba su chichi, así que pasamos a un “solo de concha” que me permitía controlar mejor los tiempos y disfrutar de su clítoris, acariciar sus lolas y jugar con su conchita.
Con ello se lubricó y empezó a gemir con más frecuencia, hasta que me pidió que subiera y la penetrara. Lógicamente, uno no puede negarse a semejante pedido de una dama, con lo que Alexia encapuchó al rebelde Tomy (por mucho que se queje sabe que es por su bien) y empezamos el garching, acompañado de besos y caricias interminables. Tras resistir largo tiempo en variantes del misionero, cambiamos al perrito. En esa posición, con el frenesí de sus acompasados movimientos con los míos, con la observación de su hermosa cola y las contracciones de su chichi, unas convulsiones anunciaron la inutilidad de mi esfuerzo por retrasar el ansiado final. Al pobre Tomy no le quedó otra que claudicar y recoger velas. Al abrir los ojos, su sonrisa me hizo dudar por unos segundos si estaba en la Tierra o había muerto y estaba viendo a un Angel.
Resumiéndolo en una frase: ¡Estar con alexia: eso es pasión, el que lo probó lo sabe!