Traviesas & Transexuales

Mi finado antepasado Piotr Magaroff, se ganaba la vida cazando osos y lobos en la helada estepa de la Madre Rusia, adquiriendo tal destreza que junto con [b:39169a5831]Mister[/b:39169a5831]ail [b:39169a5831]Travis[/b:39169a5831]ky se convirtieron en los dos mejores cazadores de toda Rusia.
Cierta vez que el Zar Nicolás visitó su Dacha veraniega, mando llamar a los dos sujetos, y les preguntó quien podía proporcionarle la mejor piel de oso existente, para un tapado para la Zarina. Magaroff, como siempre que le hablaban de laburo, se hizo el pelotudo y pregunto que era un oso?.
El garca de Travisky le dijo al Zar que si le adelantaba 1000 rublos él era capaz de traer esa piel, y que cuando la entregara debia pagarle un saldo de 9000 rublos más. Al Zar le pareció un trato justo, y le dio el dinero. Al bestia no le alcanzaron las piernas para ir a enfiestarse con Valentina y Micaela, y tomar hectolitros de vodka, gastandose todo el adelanto. Al amanecer, partio hacia la cacería, no sin antes prometerle a las niñas que volvería con mas dinero para continuar la juerga.
Cuando llego a su punto de acecho, se tendió en el suelo y se cubrió con una piel de osa en celo, para atraer a su presa. En cierto momento sintió un entumecimiento, y se hincó sobre sus codos y levantó sus posaderas para cambiar de posición, cuando un áspero gruñido a sus espaldas le llamó la atención. Giró lentamente la cabeza, y se encontró con el oso kodiak más grande que había visto en su vida, 2 1/2 metros de altura y 500 kilos de peso, totalmente erguido. Y erguido no solo en su altura, sino en el pedazo de nutria que ostentaba entre las patas.
Sin darle tiempo a nada, el oso le clavó las garras en los hombros y lo empernó de tal manera que los alaridos del cazador retumbaron por toda la estepa.
Varias horas despues, y ya cansado de sodomizar al miserable, el oso se retiró a descansar y reponer fuerzas, mientras que el Travisky se retiraba hacia la dacha con el culo hecho jirones.
Al llegar frente al Zar, le dijo que tenia dos malas noticias: 1) que no habia podido cazar al oso y 2) que se habia gastado el anticipo.
El Zar se limitó a levantar una ceja, y hacerle un gesto con la mano a su guardia privada. Dicen que en medio de la sesión de tortura, Travisky aullaba que por favor lo volvieran a llevar con el oso, que estaba mejor.
Lo decapitaron, desmembraron su cuerpo, y su cabeza fue clavada en la entrada de la dacha como advertencia para todo aquel que osara garcar a Su Alteza.
Cuando tío Magaroff contaba esta anécdota, sonreia y sus ojos brillaban en forma sardónica, y mordiendo el caño de su pipa susurraba: [b:39169a5831]"Nunca hay que vender la piel del oso antes de cazarlo"[/b:39169a5831]
Buenos Días.